Ecuador ausente en CELAC-UE pero presente en foro empresarial: ¿Prioridades equivocadas?
Mientras los pueblos de América Latina y el Caribe se reunían en la Cumbre CELAC-UE para fortalecer lazos de cooperación sur-sur, Ecuador brilló por su ausencia. Sin embargo, el país tuvo una nutrida participación en el Foro Empresarial paralelo, evidenciando una vez más las prioridades de un gobierno que parece privilegiar los intereses del capital por encima de la integración popular.
La ausencia que habla por sí sola
El 9 de noviembre de 2025, en Santa Marta, Colombia, se desarrolló la Cumbre CELAC-UE sin la presencia de una delegación ecuatoriana oficial. Esta ausencia resulta preocupante cuando consideramos que estos espacios multilaterales son fundamentales para construir alternativas al modelo neoliberal impuesto por las potencias del norte.
La Cancillería ecuatoriana, consultada sobre los motivos de esta decisión, no ha proporcionado explicaciones hasta el momento. Este silencio oficial contrasta dramáticamente con la activa participación de representantes del sector financiero privado en el foro empresarial.
El protagonismo de la banca privada
Iván Andrade, presidente ejecutivo del Banco del Pacífico, fue uno de los principales exponentes ecuatorianos en el evento. Su discurso se centró en crear "cadenas de valor virtuosas" que combinen organismos multilaterales, bancos europeos de inversión y entidades privadas para "llegar al productor con mejores términos".
Esta retórica, aunque aparentemente beneficiosa, esconde la realidad de un sistema financiero que busca expandir su influencia aprovechando los programas de garantías públicas para multiplicar sus ganancias privadas. Andrade no ocultó sus intenciones: busca que "los brazos privados de los bancos multilaterales tomen parte de la cartera" que generan, asegurándose así una "protección compartida en la recuperación de dinero".
La trampa de la "economía verde"
El discurso de la transición energética y la economía verde se ha convertido en la nueva frontera de acumulación capitalista. El Banco del Pacífico mostró especial interés en proyectos fotovoltáicos, no por conciencia ambiental, sino porque "ven oportunidad" en proyectos que van desde los 10 hasta los 500 millones de dólares.
Esta mercantilización de la crisis climática es particularmente preocupante cuando se presenta como solución a los problemas estructurales de nuestros países, sin cuestionar el modelo extractivista que nos ha llevado a esta situación.
Las multinacionales celebran
La participación de Millicom, empresa que maneja la marca Tigo, resulta reveladora. Su director de Asuntos Externos, Karim Lesina, elogió las "reglas claras" de Ecuador como motivo para adquirir las operaciones de Telefónica en el país.
Esta celebración de la "estabilidad jurídica" ecuatoriana por parte de las multinacionales debería encender las alarmas. Cuando las grandes corporaciones aplauden nuestras políticas, es momento de preguntarnos si realmente benefician al pueblo ecuatoriano o simplemente facilitan la extracción de valor hacia el exterior.
Los préstamos que nos atan
El anuncio del préstamo de 100 millones de dólares del Banco Europeo de Inversiones para proyectos de agua y saneamiento, aunque necesario, debe analizarse críticamente. Estos financiamientos, enmarcados en la "Agenda de Inversiones del Global Gateway de la UE", a menudo vienen condicionados a políticas que favorecen los intereses europeos.
Carlos Rivera, gerente del Banco de Desarrollo del Ecuador, celebró que el financiamiento beneficiará a "un millón de ecuatorianos". Sin embargo, no se mencionan las contrapartidas que Ecuador debe ofrecer ni las condiciones de estos préstamos que, históricamente, han servido para profundizar la dependencia de nuestros países.
Una reflexión necesaria
La ausencia de Ecuador en la Cumbre CELAC-UE mientras se privilegia la participación en foros empresariales refleja una orientación política preocupante. En momentos en que América Latina necesita fortalecer sus lazos de integración y cooperación sur-sur, nuestro país parece apostar por profundizar su inserción subordinada en el sistema capitalista global.
Es urgente que la ciudadanía ecuatoriana exija explicaciones sobre estas decisiones de política exterior y que se priorice la participación en espacios que realmente contribuyan al desarrollo soberano y la justicia social, no solo a los márgenes de ganancia de la banca privada y las multinacionales.